
Retocar, editar, perfeccionar… y luego lo arruga Paco
A veces no hace falta ir a un museo o a una sala de exposiciones. La vida te regala obras de arte más honestas y mucho menos comisariadas. Aquel día, caminando por Gijón, me encontré con el cartel de la imagen. Me quedé mirándolo, completamente atontada, mucho más interesada que